

Giuseppe
Nació en 2008
Explotado como semental durante 6 años
Primer ovino rescatado en el Santuario
Patriarca rebaño
LA HISTORIA DE SEPPE
Giuseppe es un carnero que fue empleado cómo semental en una explotación del norte de la provincia de A Coruña. A los 6 años estos animales son enviados al matadero y sustituidos por otro individuo más joven para garantizar su alta fertilidad a pesar de que tienen una esperanza de vida de 15 años, pudiendo llegar hasta los 20 en algunos casos.
Su explotador quiso buscarle otro futuro a Seppe ya que después de convivir durante 6 años con él no quería enviarlo al matadero. No le ocurría lo mismo a sus hijes que fueron sacrificados sistemáticamente y convertides en carne.
La excepción de uno de ellos, Platón, que fue rechazado por su madre y también nos fue cedido poco después de la llegada de Seppe al santuario. Su hermano mellizo quedó atrás continuando con su terrible destino. Aunque Platón enfermó repentinamente con 4 meses y también murió vivió con nosotros una vida especialmente feliz y plena hasta entonces.
Cuando Seppe llegó estaba muy asustado y corría de un lado para otro, y también hacia nosotres cómo si quisiera embestirnos para intentar marcar su espacio ya que pensaba que le me le iba a hacer daño. A los pocos días ya disfrutaba de que le rascáramos las orejas y apoyaba su cabeza en nuestras manos en busca de cariño.
Seppe fue el primer ovino que rescatamos y rápidamente hizo migas con Ramón, un burro rescatado del olvido. Fue explotado durante toda su vida cargando peso en el campo y cuando la artrosis y el terrible dolor no le permitió trabajar más fue vendido cómo regarlo de boda y malvivía abandonado en una finca, sin refugio, sombra ni cuidados. Siempre de pie sin atreverse a acostarse sabiendo que no sería capaz de levantarse sólo.
Vivieron una amistad increíble durante más de 2 años, siempre inseparables, apoyándose, defendiéndose el uno al otro. Por desgracia Ramón nos dejó muy pronto después de sufrir un trombo y tras soportar un dolor constante en sus huesos que estaban deshechos por causa de la explotación.
Seppe vivió unos días de duelo muy intensos en los que sólo quería cariño y se acostaba lejos del pequeño rebaño que se había ido formando en Vacaloura por aquel entonces. Nunca volvió tener un amigo tan especial.
Sin embargo ahora es un carnero feliz, el patriarca de un gran rebaño que lo respeta y que no para de crecer.