Dalí

cerdos

 

Dalí 

cerdo vietnamita

Regalo de boda
Benita y Luisa son sus mejores amigas
Vivía encerrado en una cuadra
Le encantan los charcos

A HISTORIA DE DALÍ

Dalí fue comprado cuando era un bebé para ser un regalo de boda. No es algo poco habitual regalar en una boda un animal para que sea una atracción que entretenga les invitades. En el caso de bebés de cerdes vietnamitas, su pequeño tamaño y simpático caminar suene resultarle gracioso a la gente que obvia su sufrimiento cuando recién separáis de su madre corretean desesperades y asustades entre una multitud que ríe y grita y delante de las crianzas que corren sin control intentando atraparles.
Y aun así el peor llega después. ¿Que hacemos ahora con el animal?
Muchos acaban abandoades o les relegan un espacio olvidado en la finca donde sobreviven a duras penas soportando una tristeza y soledad que se hacen interminables. Fue el caso de Dalí.
Supimos que querían abandonado cuando acababamos de comenzar con el santuario y no dudamos de ir a su rescate. Ya había pasado un año desde la boda y a sus propietaries y ya le había finalizado la gracia que les producía. Vivía sólo en una pequeña cuadra del que no le dejaban salir nunca a pesar de tener una huerta amplia. Nos decían que el que más le divertía hacer era cambiar su cama de paja de un lado de la cuadra al otro, obviando que era el único que podía hacer estando allí solo y sin más objetos con los que interaccionar. Para ser su hobbie preferido, desde que está en Vacaloura no lo volvió a hacer. Prefiere bañarse en los charcos, rascarse contra las piedras o rebozarse en el suelo en los días de sol y dormir bien apretadito junto a Benita y Luísa en los días de lluvia o nublados.
Dalí es una excepción, la mayoría no corren tanta suerte.