

Cleopatra
aves
Cleopatra ♡
Pata tarro canelo
Tratada como objeto decorativo
La mutilaron para que no pueda volar
La echaron de su territorio para vivir en una jaula
Ya vuelve a ser feliz
LA HISTORIA DE CLEO
Cleopatra es esta pata tan guapa de la especie tarro canelo que llegó al santuario en verano y que no os pudimos presentar hasta ahora porque éramos incapaces de mantener las formas para contaros su historia.
Pero allá vamos.
Hace años llegó al santuario Cuaqui, un pato de esta misma especie, que apareció vagando por la carretera de madrugada por delante de un famoso pub compostelano. Lo recogimos y le dimos una nueva vida en el santuario. Meses después y tras varias indagaciones conseguimos descubrir que procedía de la Alameda de Compostela. Lo habían robado de madrugada, lo llevaron de fiesta y, cuando se aburrieron de humillarlo, lo abandonaron a su suerte. En la Alameda estaba también Cleopatra, su pareja, que en su ausencia se había hecho inseparable de une cisne y se acompañaban a todas partes. Ese cisne había perdido a su pareja por el ataque de une perre. Decidimos no separarles.
Cuál es nuestra sorpresa cuando nos enteramos de que Cleopatra estaba en el refugio de Bando. El motivo? Habían introducido más cisnes en su recinto y ella los echaba fuera del mismo, conduciéndolos hasta la carretera, con el consecuente peligro.
No sabemos si esos cisnes fueron reubicades o si simplemente fueron introducidas más aves en el espacio público, cuando el compromiso era ir retirando a estos animales del mismo, debido a las carencias que viven y el peligro que corren ahí.
Lo que está claro es que ese era el espacio de Cleopatra y que relegarla a vivir en una jaula en la perrera para sustituirla por cisnes no es una medida animalista para este ayuntamiento del cambio. Es una medida cruel.
Cleopatra estaba deprimida en el refugio y se negaba a comer.
En la foto en la que aparece con las alas abiertas podéis ver como, para introducirla en ese recinto y que no se escapase, le amputaron la última falange de su ala (como si fuera un dedo para nosotres), imposibilitando de esta manera el vuelo, par convertirla en un objeto decorativo de la ciudad, dejándola mutilada de por vida. Aunque no fue el gobierno actual lo que la introdujo sí que eran elles responsables de proporcionarles el mejor futuro a Cleo, nada más lejos de lo que finalmente ocurrió.
Y que es lo peor de todo esto? Hace años que conseguimos un hogar para todas las aves introducidas en la Alameda y en el Campus de Compostela, en 4 santuarios animales, incluido el nuestro. Corríamos con todos los gastos pues el ayuntamiento aseguraba no tener presupuesto para ayudarnos. El plan se vino abajo cuando nos negaron la salida de todas las aves y ayuda para hacer la captura de una vez y que pudieran viajar juntas. De pronto, se negaban a retirar a les cisnes por miedo a que la opinión pública se les echara encima. Pudo más su interés como objeto decorativo que cómo seres sintientes. Por otro lado, sacar a las aves poco a poco, suponía que tuviéramos que pagar varios viajes a Madrid y Andalucía, donde se encontraban sus destinos finales, cuando nosotros, como refugios autogestionados, solo nos podíamos permitir, con mucho esfuerzo, un viaje a Andalucía con parada en Madrid para reubicarles a todes.
Por culpa de esa confrontación de intereses se rompió la comunicación con la Concejal de Bienestar Animal que no volvió a contestar a nuestras peticiones y que cada vez que un ave enferma, aparece herida, o les molesta ya no nos avisan a nosotres sino que la remiten al refugio de Bando, donde a pesar de intentar hacer lo mejor posible, ni tiene veterinaries especialistas en animalesexótiques, ni instalaciones idóneas para estos animales, condenándolos a una vida en jaulas rodeades de perros ladrando, con el consecuente estrés.
En el caso de Cleo, ese estrés unido la experiencia traumática de ser separada de su entorno y de su familia, provocó que se deprimiera y que dejase de comer. No fue hasta abandonar la cuarentena enVacaloura y reunirse con el resto de pates que no volvió a recuperar la felicidad.
Decían que era mala, que era agresiva, cuando lo único que hizo fue a defender su territorio. En Vacaloura no tuvo ningún conflicto con nadie.