Viene de Madrid, hicieron un largo viaje con ella en plena pandemia para traerla hasta el santuario. Unas chicas la sacaran de un sitio en el que vivía en malas condiciones para darla en adopción, pero el hogar que la esperaba decidió echarse atrás dejando a Camille sin esperanzas y también a sus rescatistas, que no contemplaban volver a llevarla al sitio de donde salió.

Hicimos un gran esfuerzo y decidimos acogerla en el santuario porque el único sitio que se ofreciera a acogerla era un refugio en el que los animales no son bien tratados. Sí, por desgracia también existen esa clase de refugios, que miran más por la cantidad de animales que recogen que por la calidad de cuidados que ofrecen. No queríamos que la pequeña acabara allí así que nos hicimos cargo.

Llegó siendo una pulguita de unos dos mesecitos, recién destetada y ahora es una señora cerda con una gran barrigola.

Al venir siendo tan pequeñita primero vivió en la casa de les humanes y después pasó al patio de les protegides, donde vive también otra vietnamita, Luisiña, que fue la primera cerda que rescatamos, antes incluso de empezar con el santuario y que tiene alrededor de 16 años. Al principio se llevaban mal, pues Luisiña no quería saber nada de la pequeña Camille, pero con el tiempo se hicieron inseparables y si no hacen la "cucharita" son incapaces de conciliar el sueño.

Camille es cariñosa, muy curiosa y un auténtico terremoto, a la que le gusta robar macetas, cuerdas y herramientas y diseminarlas por toda la "palleira". Y, aún así, la queremos con locura.

Debe su nombre a @veganraskal de @raskaltiendavegana que nos sigue y nos apoya desde hace mucho. Y tiene una madrina, también muy "cocinitas", una de las chicas de @alvegandoi y un padrino también muy guay, Rodrigo. Pero una cerda vietnamita nececita hasta 5 madrinas para poder cubrir sus gastos en el santuario, así que si quieres también puedes amadrinarla y ayudarnos a hacerla feliz.